16 ene 2012

Virimundis:Introducción

Filosóficamente hablando, el futuro se puede entender de varias maneras. Aunque la que más se le relaciona es: Lo que viene después del presente. Piensa  que cuando tengas cuarenta años, al igual que tus padres, ahora deduces que habrá de todo lo que puedas imaginar. Te pones a pensar en el futuro y el tiempo se detiene. Se te pone una cara de tonto mientras imaginas lo que podría existir. Te ahorro el trabajo. Grandes gráficos, dinamismo, estilo, gran eficiencia combinada con poco peso, velocidad, calidad, retos a leyes de hoy en día, a la de la gravedad, a cualquiera que se te ocurra, cosas más sencillas, sin instituto, sin profesores…El futuro esta esperándonos, un futuro no muy lejano, un futuro a tus pies. Imaginemos a nuestros padres pensando el futuro, al igual que nosotros. La televisión era un invento avanzadísimo, al igual que una simple bombilla. Cuando vas a casa de un indigente, posiblemente veras luz artificial y muy posiblemente, algún aparato común, que en el pasado era de lo más avanzado. Así que cuando hablemos del futuro, ni vamos a pensar en coches voladores, ni ciudades con muchas luces, muy elegantes, de ordenadores súper rápidos, de la PlayStation 5 o 6, de la Xbox 720 o 1080, coches que no contaminan, robots, de viajes al espacio…Ni esas ni millones de magnificas y aventuradas ideas que se le pueden ocurrir a un niño de primaria. Ninguna de ellas. Con una idea totalmente diferente del futuro que nos espera y olvidándonos por completo de la ciencia, podemos aventurarnos por fin en el futuro, en un futuro al que llamo virimundis.

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