Por la noche soñé que me trasladaba a un lugar tenebroso.
Sentía ríos negros alrededor de mi, un bosque de color morado con arboles marrón
oscuro. Estaba flotando en el rio. Desnudo completamente. Estaba demasiado adormilado
por causas desconocidas como para salir fuera. Fue entonces cuando entre un árbol
se pudo entrever algo. Algo extraño para la atormentada y adormilada mente de Pablo.
Cuando quiso mirar, solo veía algo borroso, como si tuviese diez dioptrías. Ya
se empezaba a despertar. Saco su desnudo cuerpo del agua y piso la hierba
morada del bosque. Hacía muchísimo frío y se escondió tras un árbol sentado. No
tardaron en oírse unos ruidos. Se levantó para ver que ocurría cuando una mano
blanca le cogió de la garganta con muchísima fuerza. Después salió todo el
cuerpo blanco entero, reluciendo entre las sombras de un bosque atormentado por
monstruos, como pudo comprobar él mismo cuando la criatura le levanto sus
ochenta kilos en peso, a casi medio metro del suelo. Ahora si podía definir
aquellas desmesuradas mentes diabólicas perfectamente. Pero aquella figura
inicial seguía allí sin verse nada. La criatura empezaba a ser una amenaza
importante para su vida cuando sin previo aviso, sus ojos se nublaron de negro
y cayó al suelo. Antes de sufrir un derrame cerebral, escucho aquellos gritos ensordecedores
de las criaturas. –Estás bien, chico-
-¡Despierte de una vez!- me espetó en la cara un hombre
calvo muy enfadado. Tras comprobar que había despertado de otro atronador sueño,
se marcho de la habitación. Poco después comprobé que ni ese hombre era mi
padre, ni esa habitación era mi cuarto. Algo no iba muy bien. Estaba en la
parte superior de una litera. En una de las cientos de literas que pudiesen encontrarse
en esa habitación. -¡Debería de estar ya vestido! ¿Qué tipo de cadete es
usted?- Me pegó una buena bofetada sin previo aviso. Baje de la litera sin saber cómo actuar. –¡A
desayunar de una puta vez!-. Fuén entonces cuando noté que no llevaba un buen
día. Salí de aquella habitación. Aquel
hombre me siguió y a mitad del camino me dio tal colleja que casi me dí con el
suelo. Empezaba a sentirme muy raro. No era tan alto como de costumbre. Parecía
que la vista me fallaba, no veía bien y…-¿Por qué mierda no te vas desayunar de
una vez?- Este hombre era un pozo sin fondo de palabras malsonantes. Tiré por
la derecha, por ir hacia algún sitio. Aquel extraño hombre me cogió de la parte
de atrás de la camiseta y me puso en frente de el. Colocó nuestras frentes, una
enfrente de la otra. –No sé a que estas jugando, pero te vas a acordar de la
broma- me susurró. –Me dirigió a otra habitación y me encerró. Esto era el
colmo de las sorpresas
Tienes que sacar un libro tio, sabes como hacerlo;)
ResponderEliminarPablico, sigue así...es genial :D
ResponderEliminarpor cierto, si que tengo blog, pero no lo llevo tan al día como tu...un beso desde italia
Si,esta bien,lo unico,que cuesta
ResponderEliminarEs un libro que se va a contar en alrededor de 100 capitulos ;)